5 de septiembre de 2016

LA ASIGNATURA DE MÚSICA DEBE DESAPARECER DEL CURRICULUM DE SECUNDARIA POR RESPETO A LA MISMA



 Me duele profundamente escribir esto, pero por dignidad, por respeto a la MÚSICA debo hacerlo si soy coherente con mis principios. 

  A este bellísimo arte, mi compañera en mis alegrías y en mis tristezas desde mis primeros días de vida  (tuve la fortuna de dormirme con el canto de mi madre), se le trata con el mayor desprecio en este país. La pérdida de peso de la asignatura lleva siendo progresiva en el sistema educativo español a golpe de reformas legales. Si la LOGSE, en los años noventa del pasado siglo, la introdujo en todos los cursos de Secundaria (en 4º era optativa) , cada ley nueva que ha venido ha supuesto un mordisco hasta el total ninguneo actual.
  Si algo tengo claro, es que cualquier normativa que no permita al alumnado estudiarla desde que llega al colegio, lastra para siempre su interés por la misma. Es difícil que nuestros niños y jóvenes sientan curiosidad y respeto por algo que desde el primer momento se les dice que "no sirve para nada", que es "una maría" y cosas similares. El hecho de su mínima presencia en el horario escolar les refuerza esa creencia.

    Si por los responsables de la Educación de este país fuera, la Música la borrarían del sistema educativo, y un buen ejemplo de ello son las palabras del exministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert: la música es una de esas asignaturas que distraen. Él expresó lo que muchísimos españoles piensan, incluidos muchos docentes de otras asignaturas.
 Me parece gravísimo que nuestro sistema educativo dependa del partido político gobernante, de las sensibilidades personales de los legisladores autonómicos... La educación musical, en el caso concreto que nos ocupa, no puede depender del arbitrio de quien está al frente de la Consejería de Educación de turno, no puede depender de modas o cuestiones políticas. Tiene que basarse en criterios educativos.


  El efecto LOMCE lo estamos empezando a vivir el profesorado de Música de Canarias este curso escolar. En Secundaria, pasamos de 3 horas semanales en 2ºESO y 4ºESO (optativa) a 2 horas. También hemos de decir que la "bondad" y el "interés por la educación integral del alumnado" de nuestros gobernantes canarios queda de manifiesto en la creación de una nueva materia (la panacea universal de la creatividad) denominada Prácticas Comunicativas y creativas que, en el caso de 1º ESO queda encomendada a Lengua y Música, para que, conjuntamente (enseñanza compartida), trabajen en el aula las recomendaciones (no hay currículo oficial) publicadas por la Consejería de Educación. En esta asignatura nos iniciamos el pasado curso escolar 2015-16.

  Pero no solo la propia ley - la LOMCE, nos ningunea. Tenemos que descender en la escala del poder para ver realmente como se materializa la situación en el trabajo diario del docente, y les puedo asegurar que no es nada sencilla.
  Desde la Inspección educativa hasta las direcciones de los centros educativos, la música (salvo algunas excepciones) está considerada como una maría ; este hecho queda patente en su ubicación dentro de las famosas bandas horarias (siempre salimos perjudicados), el inflar al máximo nuestro horario personal, etc, y, por si no tuviéramos bastante, se nos insta a participar en actividades complementarias y extraescolares, porque ya se sabe: tocar, bailar, cantar, escuchar... es algo fácil de enseñar al alumnado.

   Con este pedagógico panorama, el profesorado de música, en el mejor de los casos, se puede encontrar impartiendo la friolera de 9 o 10 grupos. Pero, ¡no importa!, al fin y al cabo solo somos profesores-as de música.


    Mientras que aquellos que legislan sobre la enseñanza musical en escuelas e institutos, persisten en ningunearla, les dejo estos enlaces que tratan de los EFECTOS BENEFICIOSOS DE La MÚSICA sobre el desarrollo de las facultades mentales.


 Les invito a leer el siguiente artículo por su gran interés: "La música puede variar profundamente el cerebro" (LAVANGUARDIA.com)

 Al mismo tiempo, les recomiendo una web que recupera y divulga documentales científicos llamada DocuCiencia que se hace eco de un estupendo documental, encabezado por el músico Sting, titulado "Mi cerebro musical" .



                

3 comentarios:

  1. Me alegra mucho haber encontrado una pagina como esta y también de la opinión vertida más arriba sobre la musica y la ESO. Coincide acertadamente con ideas, más que opinión. Saldrían educandos con cultura, disposición y talante para cualquier actividad que la vida les reservara. Ese es el poder que tiene la educación artistica y estetica; Hoy día abunda el fracaso escolar, una epidemia sistémica inherente al propio sistema. En absoluto creo que sea una deformación profesional esta opinión o debido a mi melomanía. Es una realidad que las estadísticas maquilladas no pueden ocultar. Yo no soy músico, y pienso que también es una miseria la educación musical y artistica que se da en primaria, además sigue siendo una "maría" (se dedican muchas horas a dar gramática y otros "saberes" que no forman al escolar -al contrario- y pocas a su formación artistica, sentimental y emocional). Fui maestro.

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  2. Es grato haberme encontrado con este blog y sobre todo con ese editorial tan claro, razonable y el cual suscribo entero y me quedo corto. Yo lo ampliaría a primaria, donde estuve largos años, aunque no impartía música, y vi que pasaban cantidad de profesores y leyes y los escolares no salían formados minimamente en ninguna rama de la educación estética, expresión artística y movimiento. Y esta faceta es muy importante para formarse y crecer como personas. Conclusión: lo que viene pasando es un efecto de la falta que comentamos y el fracaso escolar, a pesar de su maquillaje, es más alto y un efecto de lo dicho. No creo que exagero, en absoluto, ni que se deba a mi melomanía.

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    1. Muchas gracias por tus comentarios .
      La verdad es que el panorama actual no nos anima a pensar que la educación artística del alumnado español vaya a mejorar en breve, pero tenemos que seguir trabajando e ilusionándonos para que ese cambio se produzca y sea una realidad.

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